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El CEO como arquitecto de relaciones y gestor de sí mismo

Patricio Valenzuela
Por:
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Evidentemente, ser un CEO sobresaliente va mucho más allá de los resultados financieros.

Implica liderar con visión, cultivar relaciones sólidas con la junta directiva y, al mismo tiempo, desarrollar una ética personal de trabajo que permita sostener el liderazgo en el tiempo. En este último artículo de la serie, exploro dos dimensiones que muchas veces se dejan en segundo plano: la participación activa y estratégica de la junta directiva, y las normas personales que permiten al CEO ejercer su rol con autenticidad, claridad y resiliencia. Porque liderar bien también es un ejercicio de humanidad, equilibrio y conciencia del impacto que generamos en otros.

Participación de la junta directiva 

  • Eficacia: Promover una agenda con visión de futuro. Los directores ejecutivos deben utilizar a sus juntas directivas como recurso, influyendo y canalizando las energías de sus miembros, tanto individual como colectivamente, más allá de las responsabilidades administradoras tradicionales. Los directores ejecutivos no deben oponerse a la junta directiva por instinto ni seguir ciegamente todas sus sugerencias. 
  • Relaciones: Piense más allá de la reunión. Establecer buenas relaciones y un tono de transparencia permite al director ejecutivo generar confianza y delimitar claramente las responsabilidades entre la gerencia y la junta directiva. Las reuniones con un propósito claro con cada miembro de la junta directiva pueden ayudar a los directores ejecutivos a abordar temas difíciles para un grupo más grande. También promueven las conexiones entre la junta directiva y los altos ejecutivos, lo que brinda a ambas partes una visión más completa del rendimiento y los objetivos de la empresa. 
  • Capacidades: buscar el equilibrio y el desarrollo. Los directores ejecutivos pueden guiar al consejo para impulsar la empresa, asegurándose de que esté compuesto por personas con experiencia y conocimientos relevantes y diversos. Cuando se incorporan nuevos miembros al consejo, los directores ejecutivos pueden contribuir a mejorar su eficacia ofreciendo un programa de incorporación exhaustivo y creando oportunidades de aprendizaje sobre temas como tecnología, riesgos emergentes, competidores, cambios en los canales y el mercado. 

Normas personales de trabajo 

  • Oficina: Gestionar tiempo y energía. La energía de un CEO es tan importante como su tiempo. Mantener y renovar sus niveles de energía les permite marcar un ritmo de maratón en lugar de un ritmo acelerado que podría llevar al agotamiento. Los CEO más exitosos, a menudo poseen un asistente ejecutivo capacitado y un analista, para ayudarles a dedicar su tiempo a tareas que solo ellos pueden hacer. 
  • Modelo de liderazgo: elegir la autenticidad y un liderazgo afectivo. Los directores ejecutivos también son personas y colaboran con personas. Los mejores equilibran su rol ejecutivo con sus valores personales y lo que desean lograr personalmente. El liderazgo se juega en el actuar del líder, no en sus palabras. 
  • Perspectiva: evitar la arrogancia y el ego. Los mejores forman un pequeño grupo de colegas de confianza para brindarle consejos sin filtros, incluso aquellos que a veces ni siquiera se los han solicitado. También se mantienen en contacto con los colaboradores. Y, finalmente, humilde y estoicamente, recuerdan que este rol es temporal y no los define. 

Con esta entrega, cierro una serie de tres artículoos donde he compartido 18 prácticas esenciales para quienes aspiran a ejercer un liderazgo ejecutivo de excelencia. Si no has leído las anteriores, podrás encontrarlos al final de esta página.

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